OPINIÓN. EN LA “LIGA DE LOS FAVORES”, EL TRIBUNAL FALLÓ CON RIGUROSIDAD Y MARCÓ UN PRECEDENTE PARA ACCIONAR DE AHORA EN MÁS

Por Martín Mattio.

Es absolutamente imprescindible aclarar, como primer paso periodístico, que la utilización de “Liga de los Favores” en el título de este editorial no tiene ningún sentido peyorativo ni plantea cuestiones tramposas u oscuras. Simplemente, se destaca la absoluta predisposición de la dirigencia de la Liga y, en especial, de su presidente Néstor Beltrame de “acomodar las cosas” para tener en cuenta las cuestiones que a diario se le presenta a los clubes y tratar de “darles una mano” para hacer más fácil la difícil misión de mantener las puertas abiertas y las actividades deportivas en funcionamiento.

En ese contexto, son reiterados y comunes fixtures armados a dedo para tener en cuenta resembrados del campo de juego de algunos clubes, fiestas patronales o fines de semana largo que pueden afectar a otro y hasta “vistas gordas” a cuestiones reglamentarias mientras no sean de alto impacto. Es decir, se ha jugado al fútbol en horario nocturno en canchas que no se podía haber hecho por la escasa iluminación, con alambrados que no tienen el total de la altura que se exige, en pisos desparejos, con vestuarios locales pegados al lado de los árbitros y vestuarios visitantes a cien metros, por sólo citar algunos casos.

La explicación siempre fue la misma y hasta en algún punto es aceptable: siempre la idea es dar una mano para que se pueda seguir adelante con el desarrollo del fútbol. Es necesario aclarar que muchas de esas excepciones fueron temporales y con mucho compromiso, en algunos casos, los dirigentes después terminan adecuando los campos de juego a lo que la reglamentación exige.

El fallo del Tribunal de Disciplina con la sanción a Agrario tanto en Primera como en Tercera.

Detallado esto, nos situamos en el tema que convulsionó al fútbol regional: la suspensión en la fecha 12 del partido que debían disputar Centro Juventud Agrario y Deportivo Independiente porque el Estadio Alejandro Primero Mengo amaneció inundado. La especulación se instaló inmediatamente: ¿fue un hecho adrede e intencional de la dirigencia de Agrario? Las supuestas razones eran varias: el piso recientemente resembrado necesitaba unos días más para llegar en condiciones, decían unos. Otros se pararon en la postura de que Juan José Urruti había sido designado entrenador unos días antes y necesitaba más tiempo de entrenamiento. Por una cuestión u otra, todo el ambiente futbolero local había dado su veredicto: Agrario, culpable.

Lo que alimentó la teoría de que Agrario no quiso jugar fue el intento entre semana de su dirigencia para que el encuentro se postergue o cambiar localía con Independiente ya que la cancha necesitaba más días de descanso por la resiembra, a la cual tanto el club riotercerense como la Liga le dijo que no. La imposibilidad manifiesta de los dirigentes de Agrario por contratar otra cancha cercana ya que CART, Ascasubi, Alianza y Vecinos eran locales ese fin de semana y la de Nueve estaba recién resembrada hizo abortar esa chance.

Una semana antes, el partido entre ambos equipos en el Pura Molina sufrió una modificación durante la semana: le avisaron el miércoles a la noche a Agrario que no había adicionales disponibles para jugar el domingo y el partido se pasaba para el viernes, cuestión que el club corralitense aceptó, pese a que faltaban pocas horas para el encuentro.

Una semana antes, Agrario e Independiente debían jugar domingo pero el miércoles por la noche se avisó que no había adicionales disponibles y se trasladó el partido al viernes.

Cuando a las 9 de la mañana del domingo los dirigentes de Agrario que se llegaron a la cancha vieron que el Alejandro Primero Mengo estaba inundado dieron aviso al presidente de la Liga y, según cuenta el expediente del Tribunal, Beltrame les dijo que ya no lo podía suspender la Mesa Directiva y quedaba sujeto a la decisión del árbitro. Primera situación planteada ahí: ¿hasta que hora puede la Mesa Directiva decidir suspender o no un partido?, ¿no hubo en años anteriores jornadas previstas para las 22 horas de un viernes en la que el club local encontró fallas eléctricas en la iluminación a las 18 y resolvieron rápidamente la suspensión para evitar acarrear los gastos y el partido luego se reprogramó?, En el Clausura pasado cuando una obra civil había inundado el Mauricio “Pica” Agüero antes del partido de semifinales contra Atlético Río Tercero también se lo reprogramó, pero ahora no.

 Lo cierto es que, quizás por el pedido entre semana, esta vez no hubo contemplaciones con Agrario y lo que se podría haber salvado a las 9 de la mañana para evitar gastos de las partes se planteó como un imposible y se le pasó la pelota al árbitro.

Lógicamente, el juez del partido Leonel Montiel decidió que el mismo no se jugara apenas arribó a la cancha y vio como estaba el terreno de juego. La pelota que Beltrame le había dado al árbitro, pasó ahora al Tribunal de Disciplina y el ente penalicio falló. Y falló amparado en el inciso A del artículo 106 del Reglamento de Transgresiones y Penas que, en Pasión Deportiva Radio, habíamos comentado que se podía aplicar en estos casos.

Por eso se entiende que el fallo está, desde lo objetivo, totalmente avalado por el reglamento. Pero abre una puerta que es muy difícil cerrar. En otros incisos, ese mismo artículo plantea que un partido se puede suspender porque la cancha está mal demarcada como más de una vez se vio en nuestro fútbol y, sin embargo, se jugó igual. También abre la puerta a que el partido se pueda suspender porque las redes de los arcos no están en condiciones, cuestión que paradójicamente sufrió Agrario con un “gol fantasma” en Embalse ante Náutico Fitz Simon.

Entonces, ¿se termina la Liga de los Favores y comienza la Liga de la Rigurosidad?, ¿Será este el momento en el que los fixtures pasen a ser normales, sorteados y no a dedo para que los clubes no tengan más tres o cuatro partidos seguidos de locales o visitantes en pos de ayudar a los que resiembran o tienen alguna fecha importante? ¿Será el fin para “hacer la vista gorda” a las canchas mal demarcadas o no ajustadas al reglamento con el fin de que se permita la inclusión de todos?

O acaso, el del Tribunal es un fallo único para dejar contento a la mayoría que pedía fervientemente que se sancionara la supuesta avivada de Agrario pero de ahora en más la “Cadena de favores” seguirá sumando eslabones.

Ser justo y equitativo es el paso fundamental para no perder la credibilidad en una Liga que viene de sancionar con dureza a la delegada de Náutico Fitz Simon por insultar a un árbitro y, paralelamente, desestimar el tratamiento del informe en el que el vicepresidente y mano derecha de Beltrame también había insultado a un árbitro pero ni siquiera se trató en el Consejo Directivo.

La ley es justa si es igual para todos.

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